POR FRED ESTRADA
Como presidenta municipal de San Andrés Cholula, Guadalupe Cuautle trata de llamar la atención, ser tomada en cuenta, presionar y desempeñar un rol que no le corresponde al cuestionar a la Coordinadora de alcaldes panistas, Lolita Parra.
Es obvio que en su momento deberá entender que no puede estar por encima de las decisiones de la directiva panista y de su coordinadora.
Dice que Lolita Parra solo ha tenido contacto con ella mediante un chat y trata de proyectar la imagen de que no es atendida, lo que equivale a ventilar en medios algo que en primera instancia debía dirimir al interior de su partido, antes de tratar de buscar atraer hacia sí los reflectores sociales, por un tema trivial.
Por su parte, su esposo Edmundo Tlatehui Percino, hace lo propio, con el evidente propósito de tratar de mantenerse vigente en el espectro político, sin aceptar que su tiempo paso y debe aceptar que no logró reunir los apoyos necesarios para ser tomado en cuenta.
Ahora Tlatehui Percino criticó la decisión del comité estatal del PAN de nombrar a Dolores Parra Jiménez como la coordinadora de alcaldes panistas.
Y se abrogó una representación que está lejos de tener al aseverar, sin más sustento que su dicho, que existe molestia entre los panistas sanandreseños por la “desigualdad” que se ha mostrado en contra de Guadalupe Cuautle Torres.
En el extremo no ocultó su molestia el argumentar que si bien han existido coordinadores que no necesariamente han sido presidentes si existe molestia porque se prefirió dejar este espacio a alguien más y sin tener un acercamiento con la presidenta municipal de San Andrés Cholula, como si esa fuera una panacea.
Es claro que tanto Edmundo Tlatehui como su esposa, Guadalupe Cuautle se resisten a aceptar su realidad.