admintpt 
Por Fred Estrada para The Puebla Times
Sin el menor rubro, como si nada hubiera pasado, Edmundo Tlatehui dio marcha atrás al anuncio en torno a la operación de cinemómetros en los bulevares del Niño Poblano y Las Torres.
Y dejó solo, en la imaginaria las laterales de la vía Atlixcáyotl.
No corrigió la plana de manera abierta, ni aceptó yerro alguno.
De manera descarada trató de superar el error garrafal en que incurrió al pretender instalar cinemómetros en donde ya operan las fotomultas, en una abierta duplicidad que de concretarse hubiera llevado al desconocimiento de su real esfera de competencia.
En el extremo, de no dar marcha atrás, la operación de los cinemómetros, además de rechazo social, le hubiera confrontado con la administración estatal.
Sin embargo, lo más grave es que la corrección asumida de manera casual pone en evidencia la ligereza con la que se tomó la decisión y se hizo el anuncio, que se dejó correr de manera irresponsable, hasta que en particular los medios de comunicación por conducto de sus representantes colocaron sobre la mesa la evidente falta en la que se estuvo a punto de incurrir.
Ahora solo falta que además de no reconocer su falla, Edmundo Tlatehui termine por no instalar ningún cinemómetro toda vez que al momento solo se realiza una campaña de concientización, por un plazo indefinido que va de uno a dos meses.
Por todo ello, Edmundo Tlatehui y su equipo de colaboradores, son merecedores de unas llamativas orejas de burro, que harán evidente su torpeza.
Además, por supuesto de que fue capaz de asumir el error y corregirlo de manera abierta y prefirió, salir por la tangente.
Y tratar de continuar de frente como si nada hubiera pasado.
Lo único bueno, en el fondo es que no recurrió al añejo recurso de señalar que los medios lo malinterpretaron o tergiversaron sus declaraciones.
Si así toma decisiones en torno al futuro de San Andrés Cholula, hay mucho de que preocuparse.
Pobres sanandreseñas y sanandreseños, tan lejos de Dios y tan cerca de Mundo Tlatehui.
