No cabe duda de que la fe no tiene límites, muestra de ello es lo ocurrido en Montenegro, donde, por sorprendente que parezca, los fieles acudieron a despedir a besos a n arzobispo ortodoxo murió por COVID-19
Miles de personas se dieron cita en el templo, lo que va en contra de las precauciones contra el COVID-19. Esto, a pesar que el sepelio fue transmitido por televisión.
Según la agencia EFE, el ataúd se abrió para que los fieles le dieran el último adiós. Si bien es cierto que en la entrada se le pidió a los asistentes que mantuvieran las reglas de distanciamiento social esto no sucedió.
Montenegro es uno de los países más afectados por la pandemia en el mundo, aunque cuenta solo con seiscientos veinte mil habitantes.
El fallecido arzobispo era muy popular entre la población y por varios meses encabezó una protesta en contra de una ley que declaraba como bienes estatales las propiedades de las comunidades religiosas.