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Ningún rector de la BUAP ha manchado tanto a la benemérita y augusta institución como Alfonso Esparza Ortiz, con sus mentiras, sus falsedades, sus ambigüedades, con sus conspicuas y negras intenciones, con sus yerros infinitos, con sus arbitrariedades y sus corruptelas.
Por principio, hay que decir que lo primero que caracterizó al actual rector fue su sentido de la traición; llevado al máximo desde su nombramiento, al traicionar a Enrique Agüera Ibáñez, hasta la traición que intentó perpetrar al bando morenovallista, pues cuando finalmente ganó Luis Miguel Barbosa Huerta, mandó a sus esbirros a ponerse a sus órdenes, sin saber que Luis Miguel Barbosa Huerta tuvo la información de que fueron muchos alumnos de la BUAP los que fueron alentados soterradamente, para formar parte de los ejércitos electorales del PAN, y así doblegar innoblemente la voluntad del pueblo.
Además de las traiciones referidas, se suma la perpetrada en contra de Jorge David Cortés Moreno, quien fuera director de comunicación social de la BUAP y vicerrector de extensión y difusión de la cultura en la institución y a quien defenestró, debido a que instigado por Cheché (José Carlos Bernal), Eukid Castañón pidió su cabeza, para empoderar a su pupilo, hoy convertido en vicerrector de extensión y difusión de la cultura de la BUAP, pese a quien maniobró para volverlo rector, fue Jorge David Cortés Moreno, mismo al que le cerraron todas las puertas y tuvo que huir de Puebla prácticamente, pues fue víctima de fuego amigo en los medios, a manos de José Carlos Bernal, que lo tundió hasta que se cansó, desde la oscuridad, pues fiel a su estilo, nunca dio la cara de tan cobardes ataques, y si cultivó su amistad con Esparza Ortiz, para llevar al PAN al control total de la máxima casa de estudios del estado.
Con la entrada de Esparza Ortiz en la BUAP y de la mano de Eukíd Castañón, prosiguieron las traiciones, pues luego de despachar a Jorge David Cortés Moreno, prosiguió con Rafael Torres Rocha (el lobito), personaje cercano a Enrique Agüera Ibáñez, a quien le tocó la ley fuga, para generar la sospecha de su autoría en la muerte de Samuel Malpica Uribe, quien tuvo que huir de Puebla, para evitar la persecución punitiva.
Otro de los aspectos que la historia retomará con el paso del tiempo, será la de sus actos de corrupción, como el de los lobos BUAP a.c. que no ha quedado claro todavía, pues nadie se explica cómo desvió recursos para hacerse de la franquicia de primera división, y cómo es que su hija se volvió la mandamás del club, y bajo que argumento sacó dinero a una asociación civil del presupuesto de la BUAP, ni cómo es que lo perdió todo…
Hoy algo que se quedará en la historia igualmente, es la manera en que fingiendo defender a la BUAP, cava su tumba negándose a que se revisen las finanzas de la universidad, creyendo ilusamente que esto no sucederá, pues sabe perfectamente que no va a salir bien librado, y ha preferido el enfrentamiento a la transparencia, pues se siente apoyado por varios personajes de la vida pública de Puebla y el país, para lograr desterrar la transparencia y dejar a la opacidad, como la única manera de sacar adelante su agenda, creyendo que ha llevado a cabo una proeza, cuando en el fondo lo que pretende, es que nadie puede enterarse a ciencia cierta de sus rapacerías, sus chapucerías, sus ineficiencias e ineptitud y corrupción.
Finalmente basta decir que Alfonso Esparza está ya muy lejos de la legalidad, es claro que su interés por defender la autonomía, es con el fin de que no sean descubiertos sus malos manejos administrativos, y que su hija a la que ha hecho cómplice de sus desfalcos, no la alcance el largo brazo de la justicia.