
Fred Estrada para The Puebla Times
Las cuentas alegres que presentó Lorena Cuéllar Cisneros no tienen nada que hacer frente a la terna realidad que proyecta cuál es la verdadera situación que priva en Tlaxcala.
No cabe duda que la percepción de la problemática social de Tlaxcala, desde la comodidad del ejercicio del poder es muy diversa de la que se aprecia en las calles de manera cotidiana.
En el marco del Primer Informe la Gobernadora Cuéllar Cisneros, en términos informativos se daba cuenta de los siguientes hechos que contrastan con su discurso.
En el ámbito rural un grupo de campesinos se manifestaron en las inmediaciones del Congreso de Tlaxcala para expresar su descontento por la sequía y las pérdidas económicas que han tenido.
Ello, sin duda representa que no han sido atendidos de manera adecuada y oportuna.
También en las inmediaciones de Congreso se dieron cita, familiares de Pedro, joven guanajuatense encarcelado en Tlaxcala como presunto responsable de homicidio.
Sus familiares aseguran que es inocente y solicitan su libertad, un escenario que hace evidente que las autoridades en el rubro judicial tienen algunas deficiencias, lo que contrasta abiertamente con el discurso de la gobernadora.
Como consecuencia del clima de inseguridad que prevalece en el municipio de Tzompantepec, se localizado el cadáver de un masculino con huellas de violencia y desollado.
En el municipio gobernado por Manuel Ramos Montiel, la delincuencia se disparó, sin que la intervención de la autoridad estatal contribuya a reestablecer el clima de paz.
En la víspera, familiares de víctimas, acompañadas por colectivas feministas, realizaron una caminata por las principales calles de la capital estatal, para exigir justicia por el feminicidio de Estefany Hernández de 36 años de edad, quien fue encontrada sin vida en su departamento hace un año, lo que permite apreciar que la procuración de justicia en Tlaxcala no avanza de manera satisfactoria.
En paralelo, grupos de campesinos, organizaciones no gubernamentales, y pobladores de Chiautempan y Xicohtzinco, se manifestaron en el marco del Primer Informe de Gobierno.
Demandaron entre otros la liberación de recursos para los trabajadores del campo que resultaron afectados por las condiciones climatológicas, así como mayores recursos para el sector primario y una audiencia personal.
Las expresiones de inconformidad contaron con el respaldo de integrantes de organizaciones no gubernamentales, que pidieron que se atienda las necesidades primordiales de la ciudadanía y se garantice el acceso de justicia.
Aprovechando el ambiente de inconformidad, pobladores de Xicohtzinco exigieron la destitución del alcalde, Luis Ángel Barroso Ramírez, por las inconformidades generadas por su gestión.
Ahora queda claro porque se blindó el recinto donde Lorena Cuéllar Cisneros emitió su mensaje a las y los tlaxcaltecas, en discurso oficial contrasta con la realidad.
Y con seguridad, durante los informes regionales que planea realizar Lorena Cuéllar Cisneros, las diversas manifestaciones de inconformidad que se realizaron en la víspera y durante su mensaje, se replicarán.
La realidad es más que evidente y se plasma en manifestaciones de inconformidad, que llevan a concluir que Lorena Cuéllar le está fallando a una parte de la sociedad Tlaxcalteca, aunque en su discurso insista en proyectar lo contrario.
Si en su primer informe de gobierno hubo manifestaciones y expresiones de inconformidad, no hay que ser un genio para advertir que las mismas crecerán con el paso del tiempo.
Los jilgueros de Lorena Cuéllar subrayan el respeto a la libertad de expresión, como un aspecto positivo, pero lo cierto es que se trata del ejercicio de un derecho por parte de la ciudadanía, no de una graciosa concesión.
Las y los tlaxcaltecas que expresaron su inconformidad, sólo externaron su evaluación en este caso negativa, del desempeño de Lorena Cuéllar Cisneros que en este caso para ellos está reprobada.