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A manera de chantaje porque no puede entenderse de otra manera la gobernadora Lorena Cuéllar trata de condicionar el apoyo extraordinario que su administración otorga a algunos ayuntamientos.
Es claro por sus expresiones que lo que busca la mandataria estatal es sumisión en lugar de colaboración.
Quiere controlar lo que sucede en los ayuntamientos de Tlaxcala, mediante los recursos que les proporciona su administración.
De esa manera, busca ir más allá de sus facultades como gobernadora, y de manera directa vulnerar la autonomía de la que gozan los municipios.
Durante la primera reunión de año que sostuvo en materia de seguridad, el 27 de enero, la gobernadora advirtió a los alcaldes que cerrará la llave de apoyo a aquellos que no asuman un compromiso real, que no den respuesta a sus poblaciones, ni colaboren con su gobierno.
Y que en el caso de los Centros de Comando y Control mejor conocidos como C2, que se van a construir en varias demarcaciones, se erigirán en las más responsables.
Por lo que debe entenderse que la gobernadora en uno de los rubros más importantes para cualquier población, como lo es la seguridad, condicionará el apoyo de la administración estatal a resultados que se medirán, sin precisar el esquema o la forma en la que se decidirá a que municipios se otorgan.
Lo que en principio representa un elemental contrasentido, porque de bote pronto todo indica que los municipios cuyas autoridades no brinden los resultados esperados o no se plieguen a la línea de conducción estatal serán desfavorecidos.
Y con ello pueden dejar de otorgarse recursos a municipios con los mayores niveles de inseguridad o retos en la materia.
Amén de que parece condicionar de manera clara la construcción de los C2 a los municipios que pudieran necesitarlos menos, puesto que serían los que mejor están en materia de seguridad.
No cabe duda que la gobernadora Lorena Cuéllar no realizó un planteamiento claro y serio en materia de seguridad o simple y sencillamente quien lo diseño, no se lo presentó de manera adecuada.
Dejar de apoyar a los municipios que más lo necesitan, simplemente porque no dan los resultados que espera la administración estatal, claramente se aprecia como un castigo a las y los tlaxcaltecas.
Es evidente que Lorena Cuéllar debe analizar con detenimiento la forma en que aprovechará la evaluación que de acuerdo con sus expresiones se realiza para identificar a los municipios que podrían dejar de recibir respaldo extraordinario por parte de esta administración estatal.
Y por supuesto no utilizar la asignación de recursos como una suerte de chantaje.
