LA PASARELA
POR JORGE CASTILLO
En un auditorio teñido totalmente de naranja, apareció un bloque compacto azul.
Eduardo Rivera Pérez, llegó arropado por su grupo más cerrado del Yunque —incluido su exsuplente en la alcaldía, Adán Domínguez— al informe legislativo de Néstor Camarillo.
Azul en territorio naranja y naranja sostenido por quien dejó al PRI en ruinas.
Una mezcla que, en Puebla, nunca es inocente.
Camarillo, todavía señalado en todo el ecosistema político como el gran responsable de haber dinamitado la estructura priista —rompió cuadros, expulsó liderazgos y dejó al tricolor convertido en cascarón— ahora se sabe el precio para llegar a MC.
Se hizo acompañar de la plana mayor del partido, desde Jorge Álvarez Máynez hasta Clemente Castañeda y Luis Donaldo Colosio.
Un desfile nacional que confirma lo que ya se venía oliendo: Movimiento Ciudadano trae la mira puesta en Puebla.
La pregunta es: ¿para ganar… o para negociar
Y es que los números MC no aparece como fuerza dominante, pero sí como bisagra, moneda, equilibrio.
Para algunos, le es suficiente para competir; para otros, suficiente para vender caro.
En ese tablero, ver a Lalo —con su estructura yunquista completa— sentado en primera fila, tiene más de mensaje político que de cortesía.
Camarillo intentó, como suele hacerlo, usar el micrófono para limpiar su imagen: habló de trabajo, de resultados y de que fue su mejor decisión abandonar al PRI.
Y ahí surge la duda pública de si derrumbó a un partido, ¿qué podría derrumbar ahora desde el naranja? ¿O a quién podría empujar, jalar o reacomodar?
Rivera, por su parte, salió rápido a negar coqueteos.
Reiteró militancia panista y aseguró que no hay acuerdos con MC.
Pero dejó lo que todos buscaban: “hay diálogo”.
En la política local esa frase no se dice si no se quiere decir y menos cuando un excalde llega acompañado de su núcleo más duro a un evento donde MC despliega su músculo (aunque pequeño) nacional.
Las lecturas comenzaron desde el primer aplauso.
No fue Lalo solo. No fue Lalo aislado. Fue Lalo con su grupo, entrando al informe del hombre que fracturó al tricolor y que hoy es pieza útil para un MC que juega entre buscar votos… o buscar alianzas.
El choque visual entre el azul que llegó y el naranja que anfitrionó dejó, al final, la misma pregunta que muchos repiten a media voz:
¿A poco Lalo y Néstor muy amigos… o nomás muy convenientes uno para el otro, hasta que sus destinos y metas se confronten?
Tiempo al tiempo.
