• 17 de noviembre de 2025

LA PASARELA

CDH, las dudas del 1er año

El primer año de Rosa Isela Sánchez al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) dejó una mezcla de cifras alentadoras y desafíos que no pueden ignorarse.

La presidenta del organismo mostró una institución que trabaja, se moderniza y acompaña, pero que todavía carga con la tarea de transformar las estadísticas en justicia tangible.

De entrada, los números imponen respeto: 8 mil 563 quejas formales, 589 medidas cautelares, 33 habeas corpus y 272 servicios médicos y psicológicos brindados a víctimas.

Sin embargo, el dato que más ruido genera es el de las 18 recomendaciones emitidas, apenas 0.2 por ciento de los expedientes iniciados.
El contraste con años anteriores lo deja claro:

• 2025: 18
• 2024: 39
• 2023: 41
• 2022: 32
• 2021: 40
• 2020: 27
• 2019: 24
• 2018: 16
• 2017: 13
• 2016: 11
• 2015: 26
• 2014: 34
• 2013: 36
• 2012: 24
• 2011: 61

Las cifras podrían interpretarse como un retroceso, pero también como un cambio en la estrategia: menos expedientes sancionatorios, más conciliación, acompañamiento y prevención.

En eso se ha notado el sello de Sánchez, que busca hacer de la CDH un organismo más técnico, más cercano y menos reactivo.

No obstante, los datos duros dejan lecciones que no deben soslayarse.

La Fiscalía General del Estado (FGE) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) siguen encabezando la lista negra de instituciones con más observaciones, sumando nueve de las 18 recomendaciones del año.

La mayoría, por detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y omisiones ministeriales.

A nivel municipal, Tehuacán, Tecamachalco y San Martín Texmelucan repiten como focos de alerta por abusos de autoridad.

Es decir, aunque la CDH ha fortalecido su estructura y capacidad operativa, las causas de fondo permanecen intactas, como es la violencia institucional y la impunidad administrativa.

En el acto de rendición de cuentas, al que acudieron diputados locales, integrantes del gabinete estatal, empresarios y representantes de la sociedad civil, se destacó la importancia de la coordinación institucional.

Solo faltó el gobernador Alejandro Armenta.

El momento más humano del evento llegó cuando personas con discapacidad, con VIH y víctimas de violencia tomaron la palabra para reconocer la atención del organismo.

Sus testimonios recordaron que detrás de cada expediente hay una historia de vida que merece ser contada, y que la CDH, con todos sus límites, sigue siendo una puerta abierta para quienes no encuentran eco en ninguna otra parte del Estado.

En balance, el primer año de Rosa Isela Sánchez no puede calificarse como fallido, al contrario, ha sido un periodo de orden, cercanía y consolidación institucional, pero también de realismo.

La Comisión está viva, trabaja, recorre los centros penitenciarios, atiende víctimas y sostiene medidas cautelares.

Falta, eso sí, dar un salto de firmeza para que las recomendaciones no sean solo documentos, sino detonantes de cambio.

Porque el reto no es solo registrar las violaciones a los derechos humanos, sino lograr que dejen de repetirse.

Y en ese propósito, la CDH de Puebla parece tener rumbo… aunque todavía le falta camino.

Tiempo al tiempo.

Leer Anterior

Arte y prevención se unen para inspirar a las juventudes de Puebla

Leer Siguiente

Se mantiene el robo de celulares en almacenes de Puebla

Traslate »
The Puebla Times